martes, 17 de abril de 2012

Tara y las Hadas



En la vieja mitología celta, una doncella de Tara (en Irlanda la sacerdotisa-reina-hada Mebd) entrega al caballero (aunque en realidad no importa el sexo pues esto tan sólo es idiosincrasia cultural) que se ha esforzado y acertado en su viaje interior de transformación, una copa o grial donde beber el elixir que permite acceder al reino secreto de la Diosa. Este simbolismo grialiano-celta (copiado o plagiado después a su manera por los cristianos) muestra una metáfora del camino de retorno al reino celeste trascendente de la diosa madre Tara, un reino accesible tan sólo para la conciencia presente o liberada de ego. Las fantasías que el ego-mente no observada genera contínuamente son el bosque donde contínuamente todos nos perdemos, impidiendonos siempre alcanzar el simbólico grial. El hada Mebd jamás entrega el grial a quienes no avanzan en el camino de la conciencia presente liberada de la disfunción mental del ego. 
En cualquier caso esto no son sino viejos modelos legendarios que no tienen correspondencia directa en nuestra transformación personal. Se trataba únicamente de colorear una historia que representa o dramatiza un cambio drástico que debe ocurrir en nosotros mismos como entes portadores de conciencia. Hoy en día estos personajes literario místicos tienen escasa razón de ser en los símbolos de nuestro mundo moderno, pues pertenecen a paradigmas pasados. Los cito a título de anécdota. Sin embargo conservan aún cierto valor onírico simbólico depositado en nuestro subconsciente cuyas raíces son ancestrales. 
La copa de la diosa o grial es una metáfora ritual donde se ofrece su contenido que es el soma místico divino, el cual permite acceder a la conciencia de Tara: la visión mística trascendente pero real del mundo. Pero se trata de un acto litúrgico o ritual, un símbolo de merecimiento del nivel espiritual alcanzado tras el esfuerzo en el camino correcto. Beber en la copa de la diosa (ofrecida por un guardián / guardiana de la copa divina) es acceder a la visión maravillosa de Tara: la conciencia iluminada y liberada de ego. Sin embargo estos hechos (símbolo de haber atravesado el umbral de acceso al reino de conciencia liberada del ego) no ocurren en el mundo de la realidad ordinaria (las formas de nuestro espacio-tiempo) sino que sólo son reales en un plano existencial superior. Tal son los sueños, que representan la dimensión simbólica de la mente. En cambio el plano de las formas físicas cotidianas es más pobre en simbolismo aunque también es posible percibirlo si estamos alerta o despiertos.
Simbólicamente el soma de la diosa suele ser rojo y por ello las sacerdotisas de Tara vestían siempre ritualmente de rojo o escarlata. Para algunos el rojo procedía de las bayas de la vid; para otros de la sangre menstrual; otros lo veían en el jugo de la granada, etc. Pero esto sólo son remedos humanos que no tiene nada que ver con aquello que representan. Así que en mi opinión la obsesión por el rojo o cualquier aspecto de la forma es un engaño del ego, ya que la conciencia carece de forma. La forma está ligada al tiempo y el tiempo está ligado al ego.
Para algunos el color de la diosa es negro, para otros blanco, otras la ven roja y otros verde. Pero incido en el punto anterior. Las formas sólo poseen un valor relativo. Lo espiritual no tiene forma.
A la legendaria Mebd (protagonista humanizada de varias sagas céltico irlandesas) también se la conoció como la Reina de las Hadas, por ser suma sacerdotisa de Tara en la vieja irlanda pagana. En este contexto místico trascendente las mitológicas hadas no son sino emanaciones en el mundo de la forma de la gran diosa Tara. Las hadas auténticas no poseen una estructura mental como la humana, sino como hubiera sido la mente humana de no haber quedado prisionera del ego. Nosotros también procedemos de la diosa pero nuestra mente y nuestra forma han evolucionado por un camino distinto y hemos ido creando una realidad de espacio-tiempo muy diferente de aquella en que permanecen hadas, elfos o cualquier ser libre del ego humano. No obstante estos nombres son también culturales. 
En la época contemporanea proliferan en el imaginario espiritual fabulosos entes extraterrestres cristianizados y ángeles solares tradicionales remedando la vieja mitología patriarcal del ego con nuevos ropajes siderales. Sin embargo también a través de esta mixtificación puede tal vez filtrarse algo de la luz conciencial que procede del ignoto reino del espíritu más allá del ego: la tierra de la conciencia madre o diosa Tara.
No obstante, para acceder plenamente a la realidad de la conciencia libre es preferible deshacernos de todas estas historias, cuentos y ficciones que el ego ha creado y crea contínuamente. Todas las ideologías y creencias de la mente son al final una trampa donde el ego nos atrapa. Para entrar en el reino de la conciencia o espíritu debemos ir más allá de todos los disfraces que la mente egotizada genera.

Recomiendo leer los libros de Eckhart Tolle para comprender con lenguaje actual y sencillo, sin término oriental o religioso alguno, tanto a la conciencia como la disfunción del ego que mediatiza contínuamente nuestra existencia.


ATTE: Titania

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