Estamos hechos de pensamientos. Somos nuestros pensamientos y sentimientos. La materia es sólo un caparazón que envuelve a la crisálida del espíritu. Y la vida en el mundo es el crisol donde se forja el alma, que es el vehículo del espíritu eterno.
Nos hallamos atrapados en la inconsciencia de nuestros pensamientos, en la cárcel de nuestras emociones, en la furia de nuestras descontroladas y maltratadas pasiones. En realidad somos un torbellino de pensamientos ubicados en un punto del espacio-tiempo. El cuerpo y la materia nos dan la forma, pero esa forma es sólo la envoltura de una esencia que se halla en estado de gestación y que podemos denominar el alma.
Cada vez que tenemos un pensamiento atrapamos una etérea sustancia que alimenta y se adhiere a la creciente alma, como un fino telo que la nutre. Nuestros pensamientos generan ipso facto emociones que son canales de poderosas energías. Todo ese fluir ininterrumpido de pensamientos a lo largo del tiempo, de los años, de las estaciones, de los días .... constituye la sustancia de nuestra mente y la forma de nuestro ser.
Somos nuestros pensamientos, somos lo que pensamos, somos lo que sentimos. Estamos hechos de pensamientos. Por debajo de la materia de nuestro cuerpo está un campo de energía poderosa y sutil que es mayor que nuestro propio organismo, que incluso lo trasciende y que está constituido por la sustancia etérea pero real de lo que pensamos. El mundo todo está construido asimismo de océanos de pensamientos, que materializados surgen en el tiempo como estructuras en apariencia sólidas, pero que son un fluir de energía y formas consolidadas de pensamientos. Incluso los planetas y las estrellas son grandes masas de pensamientos generados por macro-entes que escapan a nuestra capacidad de actual comprensión. Todas las estrellas y galaxias del universo se hallan unidas por grandes serpientes de energía cósmica que configuran un gigantesco e infinito tejido de energía ubicado en una super mente global. Esta supermente o mente universal es la base de todas las mentes individuales y estamos unidos a Ella a pesar de nuestra inconsciencia. Esta Mente Suprema o Mente Madre es lo que en lenguaje humano podríamos denominar la Divinidad.
Somos los hijos e hijas de esa Mente y estamos a su vez constituidos de pensamientos. Somos un núcleo o vórtice donde se arremolinan torbellinos de finos pensamientos que nos envuelven y nos dan forma. Somos lo que pensamos y si nos lo proponemos podemos ser conscientes de nuestros pensamientos. Tenemos la capacidad de aprender a pensar, de seleccionar y dirigir nuestros pensamientos. Ese arte bien desarrollado nos conducirá a andar nuevos caminos en nuestra realidad personal.
Estamos hechos de pensamientos. Somos un sueño del espíritu que se esconde en el fondo de nuestra alma. Somos un sueño que podemos alterar, pues la realidad que vivimos es un tejido configurado por el cruce de múltiples sueños. Cada pensamiento es un finísimo velo que se adhiere al alma y crea el tejido de un vestido. Hay vestidos hermosos y vestidos horribles. Podemos elegir los hilos y telas de esos vestidos. Tenemos el poder sobre el pensamiento y por ello el poder de construirnos a nosotros mismos.
Kababelan
ATTE: TITANIA
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